La relación tutelar que Eduardo Lourenço mantuvo con el Centro creado bajo su inspiración motivó el deseo de que sus recuerdos más personales fueran custodiados por el CEI. En este espacio simbólico de memoria y homenaje, en la sede del CEI en Guarda, se exponen los diplomas, condecoraciones, premios y distinciones que recibió a lo largo de su vida académica, literaria y cívica.